ICM se opone a leyes antidemocráticas en HK y Filipinas

La ICM levanta su voz en oposición a las leyes draconianas aprobadas recientemente en Hong Kong y Filipinas bajo el pretexto de proteger la seguridad nacional y neutralizar el terrorismo. La Ley de Seguridad Nacional de Hong Kong y la Ley Antiterrorista de Filipinas representan una doble amenaza para todos los ciudadanos amantes de la democracia, en particular los sindicatos y los trabajadores de la región. Atacar el derecho al disenso, la acción colectiva, la privacidad y el debido proceso es un acto imperdonable. Las leyes implementadas en estos países sofocan la libertad de expresión, movimiento y asociación, y asaltan el tejido mismo de la democracia. 


Ambas leyes son similares en muchos aspectos. Ambas medidas crearán súper cuerpos para supervisar la implementación de las leyes, compuestos por personas designadas por el poder ejecutivo para etiquetar a cualquier individuo y grupo como terrorista y solicitar su vigilancia, investigaciones, arrestos sin orden judicial y detenciones.


Ambas leyes crean un efecto escalofriante sobre los derechos humanos. Ambas castigan el ejercicio legítimo de los derechos humanos, como el derecho de los trabajadores a la huelga, formar sindicatos y organizarse entre ellos. Este ejercicio democrático de los derechos sindicales puede calificarse fácilmente como crímenes contra personas, destrucción de bienes, subversión y colusión a una potencia extranjera.


Ambas leyes también pueden detener a personas por largos períodos de tiempo. En Hong Kong, un sospechoso puede ser detenido por hasta seis meses, o extraditado y procesado en China continental. En Filipinas, la Ley Antiterrorista puede detener a personas por hasta 24 días. Claramente, en todos los aspectos, estas leyes son descaradamente antiobreras y antidemocráticas. Son un anatema para el sindicalismo democrático. 


La ICM hace un llamado a sus afiliados para que expresen su apoyo y solidaridad a nuestras hermanas y hermanos en Hong Kong y Filipinas, quienes están luchando y reclamando espacios democráticos cada vez más reducidos. En un momento de crisis de salud global, lo que los trabajadores necesitan son políticas que protejan su salud y sus empleos del ataque de la pandemia y la crisis económica que la acompaña. Esto requiere una democracia sana y vibrante, no una tiranía estatal. 


(Fotos: The Catalyst, PUP and Anthony Kwan/Getty Images)