El Sindicato de Empleados de Servicios Generales del Líbano (GSTU) exigió al gobierno libanés que establezca un fondo de respuesta para ayudar a los trabajadores que han perdido sus empleos y otros medios de subsistencia a causa de la pandemia COVID-19.
"Este fondo debería proporcionar ayuda a los grupos que han perdido salarios o ingresos y necesitan apoyo financiero y social para asegurar sus medios de subsistencia, necesidades medicinales y bienes básicos. No se puede diferenciar entre urbano y rural, si al mismo tiempo, muchas naciones en todo el mundo han asignado grandes cantidades de ayuda financiera y humanitaria en tal crisis", enfatizó Antoun.
En un intento por contener la propagación del virus, el gobierno declaró un estado de desastre nacional, prohibiendo así todas las reuniones, actividades sociales, económicas y comerciales, excepto los servicios esenciales. Se les ha pedido a las personas que se queden en casa y aseguren el distanciamiento social hasta el 13 de abril. Sin embargo, esto ha exacerbado el problema de desempleo del país y ha empeorado las condiciones de vida y de trabajo de los obreros.
El GSTU también ha tenido que proteger a los trabajadores afectados a través de medidas tendientes a controlar la propagación de la enfermedad. El sindicato firmó un acuerdo con Holcim Lafarge para pagar salarios completos a todos sus trabajadores directos, incluidos los asalariados con modalidad diaria, hasta el 29 de marzo de 2020. El acuerdo se alcanzó después de que Holcim Lafarge decidiera suspender todas sus actividades de producción y fabricación debido a la crisis de salud.
El Líbano ha estado sufriendo una crisis económica y social crónica, la cual empeoró a causa de la pandemia COVID-19. Al GSTU le preocupa que la deuda nacional masiva contraída en las últimas décadas debido a la corrupción y el sectarismo político afectará la capacidad del país para luchar contra COVID-19.