Huelga nacional de sindicatos belgas envía un fuerte mensaje a empleadores


El 29 de marzo, los miembros belgas de las ICM, ACV-BiE y FGTB, unieron fuerzas para organizar un día de huelga nacional que abarcó todos los sectores del país. Esta movilización envió un mensaje contundente a los empleadores, quienes se encuentra en negociaciones de un acuerdo interprofesional sobre aumentos salariales, mejores condiciones de trabajo y mejores acuerdos para el final de la carrera. Los interlocutores sociales no lograron llegar a un acuerdo en el plazo establecido.


Uno de los temas que se están negociando, a través del cual se beneficiarán 4 millones de empleados en Bélgica, es la mejora salarial. Otros temas incluidos son la movilidad de los trabajadores, la formación y los arreglos para el final de la carrera. Sin embargo, a la vanguardia de las discusiones se posiciona el tema de los aumentos salariales: este año, el Consejo Económico Central fijó el margen en 0,4 por ciento, lo que significa que por ley, los salarios no podrían incrementarse en más del 0,4 por ciento en los dos próximos años. Los sindicatos se niegan a aceptar tal límite, especialmente durante la actual crisis de salud.


Los sindicatos exigen que se permita a los sectores que obtienen buenos resultados conceder aumentos salariales de más del 0,4 por ciento, independientemente de la crisis. "Varias empresas han pagado grandes dividendos en medio de la crisis causada por el coronavirus. El próximo período será de recuperación económica, por lo que no debemos agrupar a todas las empresas en una misma categoría. Por esta razón, nuestros sindicatos están pidiendo negociaciones adecuadas y el aumento real de salarios", explicaron los dos sindicatos en su convocatoria a la huelga. Un aumento salarial del 0,4 por ciento es un aumento de apenas 6 euros brutos mensuales para los trabajadores peor pagados y de sólo 9 euros brutos mensuales para los trabajadores en oficios considerados "esenciales". Los sindicatos creen que algunos sectores tienen los medios para aumentar los salarios más allá del margen de 0,4 por ciento calculado.


No obstante, para las federaciones de empleadores, este margen de 0,4 por ciento es el máximo: la crisis causada por la pandemia requiere precaución, ya que un aumento salarial demasiado grande podría dañar la competitividad de la empresa y provocar la pérdida de puestos de trabajo.


Los sindicatos también están pidiendo mejores arreglos para el final de la carrera y una compensación por trabajar desde casa.


Las organizaciones sindicales y de empleadores debían firmar el nuevo acuerdo dentro de los dos meses siguientes a la publicación del informe del Consejo Económico Central. La nueva fecha límite es el 14 de abril y el gobierno federal está gestionando el proceso.


En un comunicado de prensa emitido poco antes de la huelga, el frente sindical conjunto destacó que "al negarse a aumentar nuestro poder adquisitivo, los empresarios están obstaculizando la recuperación económica y amenazando la estabilidad social en medio de una crisis de salud global".