Vasyl Andreyev, Presidente del Sindicato de Trabajadores de la Construcción y Materiales de Construcción de Ucrania (PROFBUD), organización que agrupa a más de 60,000 trabajadores de la industria.
A pesar de las advertencias de los medios de comunicación, las organizaciones de salud, los círculos diplomáticos y los servicios de inteligencia, Ucrania no estaba en gran medida preparada para la pandemia COVID-19. Para empeorar las cosas, varios periodistas de investigación informaron cómo el servicio de aduanas estatal y grandes empresas exportaron miles de máscaras faciales y botellas de líquido desinfectante, pocos días antes de que el gobierno prohibiera la exportación de suministros y equipos médicos. Como resultado, hubo una escasez de equipos de protección personal, y muchos de los ciudadanos ucranianos tuvieron que comprar mascarillas en el mercado negro por 10 veces el precio normal.
El sector laboral, particularmente el trabajo de construcción, fue el primero en sentir el impacto de la pandemia y la cuarentena. A pesar de que no se prohibió el trabajo de construcción durante la cuarentena, las restricciones masivas y la falta de medidas de protección anti COVID-19 pesaban mucho sobre los trabajadores. Los trabajadores no tienen acceso al transporte público y muchas carreteras están bloqueadas. Las rutas especiales se proporcionan solo a médicos y policías. Los trabajadores que laboran en infraestructura crítica (con permisos especiales emitidos por los municipios) no cuentan con el equipo de protección personal (EPP) adecuado. También reciben salarios más bajos de lo habitual y los empleadores les enviaron a vacaciones no pagadas.
PROFBUD, afiliado de la ICM en Ucrania, comprendió desde el principio la gravedad de la amenaza del COVID-19 y sus consecuencias para los miembros del sindicato y los trabajadores en general. Por lo tanto, comenzaron inmediatamente las negociaciones con los empleadores para minimizar el impacto negativo que el COVID-19 podría generar a los trabajadores y garantizar así la estabilidad de las empresas, incluso durante las cuarentenas temporales. Muchas plantas de cemento y otros materiales de construcción organizaron opciones de teletrabajo para sus empleados de oficina y reorganizaron los horarios de trabajo de los operarios.
Sin embargo, muchos empleadores solicitaron posponer los aumentos salariales acordados este año, incluso si estaban incluidos en los Convenios Colectivos. En algunos casos, las negociaciones no fueron suficientes. Los afiliados de PROFBUD comenzaron a movilizarse para proteger sus derechos e intereses.
Dos plantas que antes pertenecían al grupo Heidelberg Cement y ahora pertenecen a un inversionista privado, fueron los sitios de la dura lucha de PROFBUD en torno a las vacaciones no pagadas. Después de las negociaciones, la compañía se comprometió a pagar a los trabajadores el sesenta y cinco por ciento de sus salarios durante las próximas dos semanas y el pago de la prima del primer trimestre durante el período de cuarentena. Todos los trabajadores que continúen trabajando en la planta recibirán EPP y servicio de transporte y/o subsidio. También se instalarán escáneres térmicos en las entradas de la planta.
En otra planta, nuestro sindicato presentó casos contra PROSKO LLC el 25 de marzo, por falta de pago de los salarios de los trabajadores y contribuciones a la seguridad social, privando a los trabajadores de sus pensiones y licencias temporales por enfermedad.
Creemos que la situación en los proyectos de construcción es muy precaria debido al alto nivel de empleo informal de la industria. Por lo tanto, nuestro sindicato respondió extendiendo su apoyo y asistencia a los trabajadores, independientemente de si tienen contratos laborales registrados o no. También continuaron organizando una vasta red para usar de manera efectiva marcos e instrumentos legales contra empleadores, proyectos de construcción y contratistas que cometen faltas a los derechos básicos.
Por ejemplo, en abril pasado, los afiliados de PROFBUD en la ciudad de Lviv hicieron un llamado a los funcionarios del ayuntamiento y de la policía regional para proporcionar EPP, transporte, máscaras y líquidos desinfectantes a todos los trabajadores del proyecto. Informaron que estas demandas se cumplieron.
De hecho, este es un momento muy desafiante para los trabajadores y sindicatos ucranianos. En los lugares de trabajo donde los obreros no están organizados, la situación es realmente alarmante. Allí, los trabajadores se ven obligados a laborar sin protección contra el COVID-19, deben aceptar vacaciones no pagadas e incluso son despedidos sin ofrecer ninguna compensación. La pandemia ciertamente empeora las cosas para los trabajadores. Más que nunca, es crucial que los trabajadores se unan al sindicato.