7 March 2025

FILIPINAS: ICM Y NUBCW PIDEN PROTECCIONES URGENTES CONTRA EL ESTRÉS TÉRMICO Y MAYORES GARANTÍAS JURÍDICAS PARA LOS TRABAJADORES

La subida del índice de calor en Filipinas, que alcanza hasta 46° C, está poniendo en peligro la salud y los medios de subsistencia de los trabajadores. En Manila, los cambios bruscos de temperatura ya han obligado a cerrar las escuelas. Con la previsión de olas de calor que batirán récords, los trabajadores al aire libre y muy expuestos se enfrentan a riesgos cada vez mayores. Sin embargo, la protección existente sigue siendo escasa y no se hace cumplir.

Según la Recomendación Laboral nº 8 (2023) del Departamento de Trabajo y Empleo (DOLE), se recomiendan medidas como la flexibilidad laboral, el acceso a agua potable, los paros laborales durante los picos de calor y la compensación salarial. Sin embargo, sin una aplicación estricta, estas medidas siguen siendo ineficaces, dejando a los trabajadores expuestos a condiciones peligrosas y a la inseguridad económica.

La Federación Internacional de Trabajadores de la Construcción y la Madera (ICM) y su afiliado, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Construcción y la Edificación (NUBCW), subrayan que las directrices voluntarias no son suficientes. El gobierno debe introducir protecciones jurídicamente vinculantes que reconozcan el calor extremo tanto como una emergencia climática como un riesgo laboral. Clasificar oficialmente las olas de calor como riesgos laborales permitiría la intervención del Estado, la financiación de emergencias y protecciones esenciales para los trabajadores, como refugios contra el calor, fondos de ayuda y asistencia médica. Debe crearse un Consejo Tripartito sobre el Estrés Térmico, compuesto por el gobierno, los empresarios y los sindicatos, para supervisar la aplicación de las políticas, hacer cumplir los paros laborales y desarrollar respuestas de emergencia basadas en datos sobre el índice de calor en tiempo real.

La NUBCW, afiliada a la ICM, afirmó que el Gobierno debería poner en marcha un plan de seguro paramétrico obligatorio contra la ola de calor, que garantice una compensación salarial automática cuando las temperaturas superen los límites de seguridad. Además, dijo que el calor extremo debe ser clasificado como un evento de fuerza mayor en los contratos de construcción para evitar que los trabajadores y contratistas sean penalizados por los retrasos inducidos por el calor. De este modo se protegería tanto a los trabajadores como a las empresas, al tiempo que se daría prioridad a la seguridad.

"El estrés térmico no es sólo un problema laboral; es una crisis climática que requiere una intervención urgente y sostenida. El reciente aumento de la temperatura mundial, que ha superado brevemente el umbral crítico de calentamiento de 1,5° C, pone de relieve los peligros inmediatos que el cambio climático representa para los trabajadores", declaró Santiago V. Nolla, Secretario General de la NUBCW. "Más del 90% de nuestros encuestados de los proyectos ferroviarios de cercanías Norte-Sur coincidieron en que el estrés térmico se ha intensificado en la última década. Las enfermedades relacionadas con el calor -como la insolación, la deshidratación, las enfermedades cardiovasculares y los daños renales- son cada vez más frecuentes, especialmente en la construcción, la agricultura, la silvicultura y la industria manufacturera."

"Las consecuencias económicas de las horas de trabajo perdidas a causa del calor extremo son cada vez mayores, exacerban la desigualdad de ingresos y reducen la productividad, mientras que la ausencia de protecciones jurídicas sólidas sigue exponiendo a los trabajadores a condiciones que ponen en peligro su vida sin las salvaguardias adecuadas", añadió.

La ICM y la NUBCW instan al gobierno filipino a dar prioridad a las protecciones contra el estrés térmico en los debates regionales e internacionales, en particular antes de la COP 30. Los gobiernos deben tratar el estrés térmico como una emergencia laboral y climática. Los gobiernos deben tratar el estrés térmico como una emergencia laboral y climática, asegurar compromisos legalmente vinculantes y desarrollar estrategias de mitigación integrales, incluyendo lugares de trabajo resistentes al clima, infraestructura de seguridad más fuerte y protecciones sociales ampliadas.

El agravamiento de la crisis climática exige una actuación inmediata. Las medidas temporales no bastan. Gobiernos, empresarios y sindicatos deben colaborar para garantizar que ningún trabajador se vea obligado a elegir entre su salud y su medio de vida. El estrés térmico es una crisis prevenible, pero sólo si actuamos ahora.