30 April 2025
PRIMERO DE MAYO: UNA LLAMADA A RESISTIR Y DEFENDER LAS LIBERTADES SINDICALES
Compañeros/as, Hermanas y hermanos,
Hoy, en el Primero de Mayo, nos reunimos para celebrar. Pero, con mayor urgencia, nos reunimos para resistir. Para recordarnos al mundo y a nosotros mismos que la clase trabajadora siempre ha sido el motor del progreso, de la justicia y la voz de la resistencia.
Nos mantenemos unidos en un momento de profunda crisis global. El neoliberalismo nos dijo: “La sociedad no existe”. Despojó los servicios públicos, vació la solidaridad y mercantilizó nuestras vidas. Los multimillonarios tecnológicos están convirtiendo las comunidades en mercados y a los trabajadores en puntos de datos. Los gobiernos autoritarios y de extrema derecha están en ascenso, no solo alimentándose de la desigualdad y el miedo, sino lanzando ataques directos contra nuestros derechos a organizarnos, a expresarnos y a hacer huelga.
Nos temen porque saben que: cuando los trabajadores se organizan, ganamos.
Desde Filipinas hasta Perú, desde Bielorrusia hasta Zimbabue, los sindicalistas están siendo silenciados, criminalizados y reprimidos. Y, en Myanmar, la junta militar ha declarado la guerra a los sindicatos: prohibiéndolos, encarcelando a sus líderes y atacando a sus afiliados con violencia y terror. Sin embargo, nuestros compañeros/as allí siguen resistiendo, desde la clandestinidad y desde arriba, manteniendo viva la llama de la libertad y la justicia.
Su lucha es nuestra lucha. Su resistencia es nuestra llamada a la acción.
Debemos luchar contra la represión sindical, dondequiera que ocurra. Porque el ataque a uno es un ataque a todos.
Nadie lo sabe mejor que los trabajadores. En la construcción, construimos ciudades, puentes y futuros con nuestras manos y nuestro sudor. Demasiados somos migrantes, trabajando informalmente en la sombra. Arriesgamos nuestras vidas en andamios, en la búsqueda de ganancias que antepone la seguridad. Cuando caemos, el mundo avanza. Pero nosotros no. Nos levantamos. Nos organizamos. Exigimos cambios.
Y de los bosques, sacamos fuerza y esperanza. Los trabajadores forestales y los defensores de las tierras indígenas se interponen entre la Tierra y el colapso climático. Luchan no solo por empleos y ecosistemas, sino por el derecho de toda la humanidad a un futuro habitable. El legado de Chico Mendes perdura en su lucha: un recordatorio de que defender el bosque significa defender la vida, la justicia y las generaciones venideras.
Juntos y juntas, estamos unidos por la misma lucha: convertir el trabajo precario en trabajo digno y transformar la supervivencia en resistencia.
Nuestra historia no se escribe en la comodidad. Se escribe en huelgas, levantamientos y en la negativa a ser silenciados. Desde los primeros mártires del Primero de Mayo hasta la resistencia actual en Myanmar y más allá, nuestro legado se basa en la resistencia colectiva y en la inquebrantable convicción de que otro mundo no solo es necesario, sino posible.
El Primero de Mayo no es nostalgia. Es una llamada a la acción: a organizarnos, a defendernos y a luchar. Todos nuestros derechos no nos fueron otorgados. Se ganaron. Y hoy, seguimos luchando: por salarios, por seguridad, por justicia, por dignidad, por libertad y por paz.
En esta lucha, cada uno de nosotros importa. Nunca estamos solos. Somos un movimiento. Y, juntos, podemos alcanzar nuestra fuerza colectiva.
Solidaridad para siempre. ¡Feliz Primero de Mayo!