La Internacional de Trabajadores de la Construcción y la Madera (ICM) expresa su más profunda alarma y condena por la escalada de la guerra en Gaza y los territorios palestinos ocupados, que ya ha provocado víctimas civiles masivas, entre ellas mujeres y niños, la destrucción generalizada de infraestructuras y una catástrofe humanitaria que se acelera, con medio millón de personas que se enfrentan al hambre. 

No se trata de una crisis colateral. Es una catástrofe provocada por el hombre, causada por las políticas deliberadas de hambruna, desplazamiento forzoso y conquista territorial del gobierno de extrema derecha de Israel. La campaña de guerra permanente ya ha reducido a escombros barrios enteros. Gaza está al borde de la hambruna, con la ayuda humanitaria sistemáticamente obstruida. 

Nos basamos en las conclusiones de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) y de otros organismos de la ONU, que han documentado graves violaciones del derecho internacional, como ataques indiscriminados contra civiles, castigos colectivos y el bloqueo de la asistencia vital, sin que haya entrado ayuda en Gaza desde el 2 de marzo. 

Los trabajadores palestinos se encuentran entre los más afectados. Miles de ellos han perdido sus empleos, sus hogares y el acceso a la atención sanitaria. La revocación de permisos, el cierre de fronteras y los sistemas de explotación laboral han despojado a comunidades enteras del derecho a trabajar y a vivir con dignidad. Trabajadores de la construcción que en su día ayudaron a construir las economías de Gaza e Israel e infraestructuras clave para la consolidación de la paz, ahora están desempleados o desplazados. Estas políticas de privación crónica violan la legislación internacional laboral y de derechos humanos. 

La ICM reafirma el derecho inalienable del pueblo palestino a la autodeterminación, la dignidad y el trabajo decente. Rechazamos la lógica de la guerra sin fin, la ocupación y el desplazamiento forzado, y pedimos una resolución política justa basada en el derecho internacional, el desmantelamiento de la ocupación y la plena rendición de cuentas. Pedimos además la liberación de todos los rehenes, un paso que sólo puede asegurarse mediante un alto el fuego completo y permanente y el fin de la guerra. 

Como movimiento sindical mundial de trabajadores de la construcción, la edificación y la madera, nos solidarizamos con todos aquellos que se esfuerzan por garantizar la paz, la dignidad y el derecho a una vida decente. Por lo tanto, la ICM hace un llamamiento a la comunidad internacional, a los sindicatos de todo el mundo, a los gobiernos y a los líderes mundiales para que tomen medidas urgentes para: 

• Garantizar un alto el fuego inmediato y permanente. 
• Poner fin a la ocupación ilegal y a todas las actividades de asentamiento. 
• Garantizar el acceso pleno y sin restricciones de la ayuda humanitaria a Gaza. 

La justicia no puede esperar. Gaza se ha convertido en la primera línea de una quiebra moral mundial. Si la comunidad internacional sigue retrasando la acción, las consecuencias repercutirán mucho más allá de la región, socavando los cimientos de los derechos humanos, la justicia y la solidaridad mundial.