(Foto: Agencia Anadolu)

Cinco trabajadores forestales y cinco voluntarios de la Asociación de Búsqueda y Rescate (AKUT) perdieron trágicamente la vida mientras respondían a un incendio forestal en Eskişehir, Turquía, el pasado 23 de julio. Debido a un cambio repentino del viento, el equipo quedó atrapado en las llamas y no pudo escapar.

Los afiliados a ICM ORMAN-İŞ y TARIM ORMAN-İŞ hicieron hincapié en que no se trataba de accidentes aislados, sino de tragedias evitables que tenían su origen en una negligencia sistémica. Los líderes sindicales señalaron como causas subyacentes la falta crónica de personal, la formación inadecuada y la erosión de los nombramientos basados en el mérito, cuestiones que han planteado repetidamente en los últimos años para evitar precisamente resultados tan catastróficos.

«En los últimos años, hemos visto cómo se asignaba a personas sin cualificación ni experiencia a zonas de incendios forestales. Anteriormente, la Dirección Forestal cubría esta carencia mediante centros de formación internos, pero esos centros han empezado a cerrar», afirmó Yusuf Kurt, presidente de TARIM ORMAN-IS.

El presidente de ORMAN-IS, Birol Gok, destacó la falta de personal: «Hay una escasez crítica de personal fijo. Para responder eficazmente a los incendios es necesario un sistema de doble turno. En lugares donde se necesitan seis trabajadores, solo hay uno o dos. Esto crea condiciones peligrosas y aumenta el riesgo de accidentes laborales».

Según ORMAN-IS, solo en 2020 se produjeron 4.200 accidentes laborales, en los que 2.200 trabajadores forestales sufrieron la pérdida de alguna extremidad.

La Internacional  de Trabajadores de la Construcción y la Madera (ICM) expresa su más sentido pésame a las familias de los trabajadores y voluntarios que perdieron la vida en el incendio. La ICM se solidariza con sus seres queridos y con el movimiento sindical turco.