(Foto: UNIA)

La Federación Internacional de Trabajadores de la Construcción y la Madera (ICM) expresa su total solidaridad con los más de 7500 trabajadores de la construcción que salieron a las calles el 4 de noviembre de 2025 en la parte francófona de Suiza, principalmente en las ciudades de Ginebra y Lausana. Sus acciones coordinadas, que se están extendiendo cada vez más por todo el país, muestran a una fuerza laboral unida y decidida que se niega a aceptar el estancamiento de las negociaciones y la negativa de los empleadores a fijar nuevas fechas. Los trabajadores de la construcción realizan algunos de los trabajos más duros y peligrosos. Merecen unas condiciones de vida y de trabajo dignas.

La ICM apoya sus legítimas reivindicaciones: no más tiempo de desplazamiento no remunerado entre la empresa y la obra, una pausa remunerada a media mañana, jornadas laborales más cortas y ajustes garantizados por el coste de la vida. Otra cuestión clave es la organización del tiempo de trabajo. Los sindicatos rechazan la ampliación de la semana laboral a los sábados, mientras que los empleadores presionan para obtener una mayor flexibilidad, alegando las condiciones meteorológicas y la escasez de mano de obra. Estas demandas no son un lujo, sino garantías básicas para la salud, la vida familiar y el poder adquisitivo de los trabajadores. La ICM rechaza firmemente la propuesta de la asociación de constructores de aumentar la jornada laboral, reducir los salarios y debilitar las protecciones para los trabajadores mayores, enfermos o lesionados, medidas que solo agravarían las presiones existentes sobre los trabajadores.

La creciente ola de protestas es una poderosa reivindicación de los derechos de los trabajadores. La ICM les apoya en su movilización. Nico Lutz, miembro de la junta directiva de UNIA, destacó que el movimiento continuará hacia la Suiza alemana y que su intención es ganar. Su valentía, unidad y determinación están remodelando el futuro del sector de la construcción en Suiza y aportando una nueva inspiración al movimiento sindical mundial. Su lucha es justa y su voz es fuerte. No están solos. Estamos con ellos.