La Federación Internacional de Trabajadores de la Construcción y la Madera (ICM) acogió con satisfacción la decisión, largamente esperada, del Consejo de Administración Forestal (FSC) y Assurance Services International (ASI) de rescindir todos los acuerdos de licencia de marca (TLA) restantes en Myanmar. Con la revocación de los dos últimos certificados el 18 de octubre de 2025, ya no hay ninguna empresa con certificación FSC en activo que opere bajo el régimen militar.

Esta medida decisiva es el resultado de la incansable labor de defensa de la ICM, junto con la Federación de Trabajadores de la Construcción y la Madera de Myanmar (BWFM) y sus aliados dentro del sistema FSC. Durante más de dos años, dichos sindicatos han instado constantemente a la Junta Directiva del FSC, a la secretaría del FSC y a ASI a que actúen de acuerdo con sus propios principios y pongan fin a la certificación en un entorno de represión sistémica y trabajo forzoso.

La decisión validó los informes de campo de la ICM, que revelaban repetidas y graves violaciones de los requisitos laborales básicos del FSC. Entre ellas figuraban «horas extras forzadas equivalentes a trabajo forzoso», «un sistema de dos niveles que discrimina a los trabajadores jornaleros en términos de salario, vacaciones y seguridad laboral» y la «ausencia de un sindicato». En un caso flagrante, una fábrica supuestamente presentó una lista de empleados al ejército para su reclutamiento, lo que constituye una violación flagrante de los derechos humanos.

La revocación de los certificados era la única forma creíble de proteger la integridad del FSC y evitar la complicidad en las atrocidades de la junta. Como la ICM ha advertido desde hace tiempo, cualquier operación comercial en Myanmar corre el riesgo de otorgar al régimen la legitimidad que busca desesperadamente, y cualquier forma de certificación del FSC en Myanmar corre el riesgo de legitimar la exportación de «madera y productos de madera manchados de sangre» que financian las operaciones militares, alimentan las atrocidades y prolongan el sufrimiento del pueblo de Myanmar.

Esta decisión alinea finalmente al FSC con la Resolución de la OIT sobre Myanmar en virtud del artículo 33 en 2025, que insta a todos los actores a garantizar que sus actividades no «permitan, faciliten o prolonguen» las violaciones de los derechos de los trabajadores.

La ICM reiteró que la resolución ha establecido un claro punto de referencia mundial para una conducta responsable. También afirmó que, aunque elogia al FSC y a la ASI por tomar las medidas necesarias, permanecerá vigilante. La ICM afirmó que no debe reanudarse ningún proceso de certificación en Myanmar hasta que cese la violencia estatal y se restablezcan plenamente los derechos fundamentales de los trabajadores, los derechos humanos y los derechos sindicales.